MUJER PUNTARENENSE

Tu piel es de costa
y de misteriosa caracola
que acaricia las palmeras.
De soledad, clamor
y honda espera.
Tu piel es de tiempo
de nostalgias y anhelos.

Tu corazón es de arena
y cargado del hierro
de incandescentes forjas.
Tus manos son mares
de anchas caricias
y tu alma es viento y playa
de calmas y tormentas.

Tus miradas son espejos
de incontables estrellas,
y tu búsqueda el universo
que se refleja en tus pupilas.


Eres el silencio
de los volcanes hundidos,
el misterio
de las islas naranja de los atardeceres;
y el celeste horizonte
de la esperanza y la redención
que reta las proas audaces
del sufrimiento y el pecado.

Eres soldado, muralla
e includicable lucha...
Eres bastión y resurrección
sobre los que se reconstruye
el mejor futuro de Puntarenas.