Es mentira
que la pasión murió
entre nosotros.
Es mentira
que abandonó nuestras miradas
y secó nuestras caricias.
Que ya no hay misterios ondulados
ni murmullos en cóncava imaginación.
Ni silencios humeantes,
ni cómplices y desnudas sonrisas
por suspiros y eróticos amaneceres.
Es mentira
que la pasión es solo primavera;
y que el deseo
solo éxtasis de verano.
Todo eso, mujer de otoño...
¡Es mentira!
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