Miro
y no encuentro
ni ayeres ni espejos.
ni ayeres ni espejos.
Camino,
lento y expectante,
sin rumbos ni estrellas.
lento y expectante,
sin rumbos ni estrellas.
Soy uno con mi tristeza
como lastre
en esta basta soledad.
Mudo del
aroma arrancado
al
murmullo de una piel.
¡No puedo
seguir con este vacío
llenando
tanta ausencia!
Dime,
mujer,
¿Por dónde
caminas
que aún no
llegas?
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