Sitio de cultura general en el cual se publicarán ideas, opiniones y conceptos personales sobre una gran variedad de temas.
martes, 27 de octubre de 2020
DESPERTAR
viernes, 28 de agosto de 2020
LA VENTANA
Me quedé absorto
y con la mirada
anclada en la ventana.
Tras ella se dibujaba
un claro-oscuro escenario
que se confundía
con el difuso horizonte.
Una lágrima hiriente
brotó adolorida de mis ojos
y rodó por mis mejillas.
Aquel fue el único adiós
que pude gritarle
antes de que desapareciera
secuestrada por la espesa niebla
que invadía la moribunda tarde.
La ventana lo escondió colgado
en el silencio de sus cristales...
lunes, 20 de enero de 2020
A MI PADRE
Extendió sus brazos
mientras su pecho tembloroso
exhalaba su paso a la eternidad.
Abrazaba ese instante que llega,
Su espíritu en paz agradecía
las bendiciones que el destino le dio;
mientras el frío aire de la mañana
lo saludaba por última vez.
¡Quiso enseñarme todo lo que sabía!
Partió de entre mis brazos
al tiempo que mis lágrimas
caían indetenibles desde mis pupilas.
Se fue en paz y con una sonrisa
cuando comprendió que su ausencia
era su lección última para mi travesía.
¡La vida - su vida y la mía -
lanzó su último grito
jueves, 2 de enero de 2020
GEOGRAFIA DE LA ESPERANZA
COCAL DE PUNTARENAS
I
Sobre una nudosa rama del vetusto almendro
las inquietas chorchas entonan su gutural canto.
Apenas logro escuchar,
mientras camino entre manglares,
ese rítmico tamboreo que le da cadencia
al torrente de reflexiones que me invaden.
¡A estos anhelos que se rompen
en olas de impaciencia e indignación!
"No desperdicies años que aún te esperan
sufriendo por visiones apocalipticas de mesiánicos.
Esos que viven encarcelados en sus fosos
de falacias, condenas y oportunismos."
¡Ellos no hablan con la verdad
sino con el látigo del egoísmo y la codicia!
II
Viven de la vana ilusión que construyen
sobre las tinieblas de su hipócrita costumbre
de lavarse sus culpas con el jabón de sus enemigos.
Con ello evaden la discusión de sus contradicciones
y visten sus quimeras, prosas y discursos
con el veneno de la hoz, la ira y el dinero.
Y siembran a su paso insufrible
la maleza maldita del odio, de la ignorancia
y la venganza que florece tupida y espesa
en las tierras áridas y sedientas de los incautos.
Las más de las veces caminan sigilosos,
cobijados con las ropas robadas
a los resentimientos de las muchedumbres.
Y las muestran arrugadas, harapientas
y hediondas a sus miserias, odios y derrotas.
Han sido incapaces de declararse libres
de las cadenas que los subyugan
al insondable basurero de la historia.
III
Otros están llenos con el éxtasis de sus designios
y de las alabanzas ardientes de sus creyentes;
aquel rebaño que se adormece creyendo
que las cristalinas aguas del conocimiento
los han bautizado desde el aula o el púlpito.
No entregan migajas sin cobro,
ni miden sus condenas en función de los opuestos.
Tampoco reconocen su miedo a la sentencia
sin desviar su temerosa vista de los altares
del hombre, del hambre o la injusticia.
No exaltan el amor, la balanza ni la lealtad,
pero si escupen intolerancia y desprecio
contra los ríos caudalosos de los años sabios;
y contra los cisnes que tiran
los indetenibles carruajes de los siglos.
GUADALUPE DE GOICOECHEA
I
¡No!
No todos podemos ser iguales,
pero todos tenemos derecho
a que se respete nuestro destino.
¡La humanidad encuentra su dignidad
cuando entiende y acepta
la sublime trascendencia de la libertad!
Pero...
Hay caminos que extravían las proezas
y se siembran de penurias y fracasos.
Y brotan sus frutos ácidos
enraizados en las malezas de sus veredas.
Y hay otros añejos derroteros,
que imperceptibles acechan nuestros pasos
para arrebatarnos nuestra arrogancia,
atacando por sorpresa y con saña
hasta nuestras más preciadas mentiras.
¡Escúchame!
¡Vives en la trampa de estos años de oscuridad!
¡Hay todo un mundo y toda una época
a los que la desilusión les ha secado las flores!
¡Hay un infinito de promesas
calcinadas en los hornos
de la soberbia, la mentira y el hedonismo!
II
¡Ah, hermanos...!
¿Será, acaso, que ha llegado la hora
de repensar a Dios y al hombre
y poner a los ungidos a su servicio?
¿Acaso no podemos soñar y creer
que todo lo que hoy sentimos perdido
no sea la brillante lámpara
que nos guíe cuando llegue el mañana?
III
Mira las motas de vapor
danzar en el firmamento;
y mira las gotas del rocío
refrescar los amaneceres.
Miremos las honduras de nuestros corazones
para descubrir que la paloma azul de Pandora
-todos los días -
vuela triunfante y vigorosa entre nosotros.
¡Nunca se ha extraviado ni nos ha abandonado;
y nunca ha sido asesinada o encarcelada la esperanza!
NICOYA, GUANACASTE
I
Una rosa blanca no solo es una flor bella,
aunque suframos las agujas de sus espinas,
sino - sobre todo - es una singularidad
dueña de un único, suave y erótico aroma.
Un ser humano no lo es solo por "ser",
aunque muestre inteligencia y hable ,
sino porque su arcilla lo define
como un ente de potencia, de conciencia,
de razón, de dignidad, espíritu y alma:
¡Un universo insondable en sí mismo!
¡Único, irrepetible, libre y misterioso!
II
Pero…
Nuestra especie está cada vez más temerosa
del vértigo que causan las honduras de los abismos.
Aún más aquellos a los que la ignominia
de la post-verdad ha deshumanizado
y llevado como rebaño que desbarranca
- domesticado –
desde las alturas de lo material,
lo dogmático, lo intrascendente y lo superficial.
III
Nos han impuesto miedos y conspiraciones
que encubren las reales intenciones
de las espurios designios de las colmenas.
El planeta se ha llenado de ira y confusión
mientras se erigen monumentos a lo mundano,
a las imposiciones de los soberbios,
a las falsificaciones de lo racional y sublime
y a la negación de nuestra humanidad.
¡Los cuadernos escritos en una celda
educan legiones de soldados y obreros
que fanatizados destruyen los templos,
denigran las células de la sociedad,
avasallan las aulas y queman sus libros!
¡La paradoja de aquel que,
mientras escribía su catecismo,
lloraba por aquellos que amaba…!
IV
¡La rebeldía juvenil que se empoderó
de las calles de la ciudad iluminada,
mientras se concebía y ejecutaba el asesinato
de la herencia rescatada desde la hoguera
de la ambición y la locura genocidas!
Desde aquellos días de rupturas
están las señoras del Zócalo y el Sena
orando por el perdón y la cordura,
porque hemos olvidado,
en el cajón de los compases y las brújulas,
que todos tenemos derecho a nuestra dignidad,
a nuestra conciencia y a nuestra libertad;
pero no tenemos derecho de imponerle a nadie
que piense y actúe como reflejo de lo que somos.
¡Y menos tenemos derecho
de moldear su arcilla
a nuestra imagen y semejanza!
PARAISO DE CARTAGO
I
Ha sido un mar la sangre
que se ha inmolado en las arenas y musgos
de los aciagos campos de batalla.
Guerras interminables libradas para conquistar
las más altas cumbres de nuestras maldiciones;
o para - cuando ya no hay solución posible -
rescatar las supremas virtudes de la existencia.
¡El planeta, desde nuestros primeros pasos,
lo hemos sembrado con infinidad de tumbas
cavadas por las egolatrías de los ambidiestros!
II
Los campos están secos y amarillentos
esperando que los nuevos soles y lunas
los alumbren libres de sus cadenas y yugos,
de sus lágrimas y tristezas engendradas
por aquellos que se han creído sus dueños.
No hay tiempos eternos para los tiranos
- susurra el despuntar del amanecer -
y a cada cual, tarde o temprano,
le llega ya sea la rebelión de los oprimidos
o la incontestable condena de los renacidos.
CHACARITA DE PUNTARENAS
I
Fue durante aquellas mañanas y tardes
- ya lejanas -
bajo los almendros, a la sombra de los tamarindos,
caminando los playones grises del estero
y jugando con el cadencioso romper de las olas
sobre las arenas cálidas de Puntarenas,
que aprendí el valor de la amistad y la lealtad.
II
¡No importa cuánto tiempo discurra la vida
siempre volvemos, como sedientos caminantes,
a beber de las vigorosas aguas de la Fe y la redención!
¡Porque Dios, por lo contrario,
nunca ha muerto;
y siempre espera, escucha y atiende
- de los desposeidos -
sus sollosos y clamores!
¡Dios no nos habla con la lengua
de los hipócritas ni de los fundamentalistas
- sean religiosos o ideológicos -
que se creen jueces de la historia y la existencia!
¡Dios está en todas las religiones,
pero no le pertenece a ninguna!
SAN ISIDRO DE CORONADO
I
Las brumas que flotan
desde las azules montañas,
traen las expectantes notas
de los encendidos yigüirros en celo.
Es su canto un llamado incesante
que clama por la aceptación de una pareja
y por el reverdecer que presagian los aguaceros.
Ya no es como era cuando
- cuantiosos -
poblaban sembradíos, cafetales y potreros;
y su clamor inundaba el día desde el amanecer
hasta los umbrales tenues del anochecer.
Han ido desapareciendo el árbol del güitite,
del poró, el cafeto y el de guaba,
y con ello la algarabía de sus bandadas.
II
Las bulliciosas mañanas de mayo
se han ido silenciando aplastadas
por las serpientes de asfalto,
por los arrabales cancerosos de miserias
y por los refugios ostentosos de cemento,
rodeados de tapias, alambradas eléctricas
y vigilados por gendarmes y cámaras encubiertas
con disfraces de púas, cables y navajas.
Pero… los yigüirros aun cantan
y los mainumbíes glotones
aún gravitan veloces sobre las flores;
extasiados con las mieles de la primavera.
¡El planeta y su belleza,
al que atropellamos a conciencia,
continúa indolente en su periplo cósmico!
SAN BLAS DE MORAVIA
I
Son tiempos granulados
cuando el sol es tibio
y la luna llena una plegaria.
El futuro huele a lápiz,
a libro, guitarra y canción.
Y los sueños reposan vibrantes
en las sienes infantiles
llenas de banderas y poesías.
¡Una Patria sencilla y humilde
que creció y crece orgullosa bajo la guía
de su ejército de alumnos y maestros!
¡No pequen contra sus sueños e ilusiones!
II
¡No ha llegado la hora
de secar ríos ni lagos!
¡Ni para dejar testamentos
ni poesías inconclusas en trincheras,
ni cruces de amores sedientos y eróticos
ni blancas tumbas sin recuerdos!
¡Es esta inocencia inaudita
la que quiebra el hastío,
rompe la interminable espera
y fecunda, osada y revolucionaria,
los horizontes de su destino!
TOPSFIELD, MASSACHUSSETS
Allende se gestan las guerras
contra los que a otros oprimen.
El volcán, como faro, alumbra los litorales
con su hirviente aliento, sus rugidos intimidantes
y sus profundos y lastimeros llantos.
Desde todos los pétalos de la flor de los vientos
llegan las voces de las protestas y desmanes
de aquellos que, o no tienen o creen no tener nada,
pero que sí saben que no tienen libertad.
POASITO DE ALAJUELA
I
El tiempo que todo perdona
corre, aún confundido,
entre dudas, silencios y lamentos.
La mentira y el fanatismo
se han tomado de la mano,
construyendo holográfías
- vestidas de progresismo -
que fastidiosas, falsas e insensibles
ultrajan y asesinan a la santa madre
y al hijo rebelde lo exilian, lo condenan
y lo intentan borrar de la historia.
II
Hay voces que abarrotan
los espacios ya llenos;
y miradas cansinas que
languidecen inertes
en el vacío y la sombra.
¡Las cruces están inversas
y los rosarios sin cuentas ni crucifijos!
III
La Babel postmodernista,
que altanera no admite
cuestionamientos ni contrarios,
se levanta vanidosa e imponente,
como visión cimera y mesiánica
de la que se nutren las masas de vividores,
de resentidos y de academias para marginados.
¡El planeta ni se está muriendo
- sigue cambiando -
ni la humanidad se está extinguiendo
- sigue evolucionando y sobreviviendo - !
¡El hedonismo es válido y celebrado
y la verdad - arrinconada - está prohibida!
¡La tolerancia intolerante
que da voz y voto a la imbecilidad!
SAN PEDRO SULA, HONDURAS
I
¡”Tomen la educación y la cultura
y el resto se os dará por añadidura”!
¡Ha nacido,
colérica y sumida en sus revisionismos,
la era de las flores sin aromas,
sin pétalos y sin estambres ni pistilos!
¡Un mundo sin llaves ni cerraduras
que, mientras se aflojan sus manos,
se ahoga en sus crisis existenciales!
SAN RAFAEL DE HEREDIA
I
La enésima vez que piaron los comemaiz,
excitados sobre los alambres de las cercas
que rodeaban los tupidos cafetales,
caía un torrencial aguacero sobre el valle.
La mañana, fría y lenta,
bajaba desde las montañas
cabalgando sobre preñadas nubes grises
que se enredaban en los alpinos bosques.
Los lirios llenaban con su aroma
las servidumbres calizas de las casonas,
y los recurrentes yigüirros cantaban
su húmedo celo saltando entre las ramas
de los ancianos y amarillentos nísperos.
II
Esta paz - que tardío he descubierto -
me cobija tibia y complaciente
en estos mis lentos años de otoño.
La esperanza, que a lo largo de la vida
he cultivado con certeza y perseverancia,
me rejuvenece cuando miro las pupilas
de aquellos que sí escuchan y se escuchan.
¡Vibro, rebosante de vida,
cada vez que me miro
en los ojos inocentes de mis nietos!
III
¡Estamos a la víspera…!
El momento llega cuando enfrentamos
el drama de la guerra, la muerte y el hambre
que desbordan nuestra desesperación y miedo.
Es entonces cuando nos invade
la templanza y la certeza
del sobrevivir, del renacer y el devenir.
Es cuando se anuncia el natal llanto
del tiempo de la cosecha y la probidad.
Es cuando los velos se caen y el triunfo de lo universal
se ancla en nuestras miradas y nuestros corazones.
Es cuando se derrota la banalidad y la locura;
y nos levantamos de la humillante resignación del espíritu
impuesta por la falaz tiranía de la insensible prole.
Y es también cuando revivimos
los rezos ante el crucifijo de lo digno,
de lo perenne, de lo moral y lo verdadero.
Y nuestro espíritu se aferra a su autenticidad
luchando por sobreponerse a los estertores y latigazos
de la falacia, la tiranía, el estigma y del olvido.
¡Las máscaras habrán caído desde sus olimpos
sembrando de polvo y cenizas sus altares!
PUERTO LIMON
I
Veo el advenimiento de épocas
sin esta violencia suicida y asesina,
sin desigualdades impuestas ni odiosas,
sin exclusión, xenofobias ni resentimientos.
Y sin individualismos ni caudillajes,
ni hedonismos ni hipocresías insultantes.
¡Veo el devenir de tiempos cuando
entenderemos el amor y su legado!
Cuando unidos ante nuestra insignificancia
comprendamos que solo somos guardianes
de un planeta que castiga nuestros abusos,
pero que nos premia con vida y trascendencia
cuando lo respetamos, lo sentimos y lo entendemos.
¡Cuando la verdad no se traicione
ni se oculte su poder
tras el lugubre manto de la demagogia!
¡Veo el advenimiento de días mejores cuando
los relativismos morales sean leídos
como las más atroces lecciones de la historia!
II
Veo mañanas soleadas que despuntan
ante la grandiosidad de nuestro destino,
un destino que será difícil de construir
y que se levantará de las ruinas de este mundo
- tan controversial, inhumano y vanidoso -
que a consciencia hemos permitido
que nos defina como el dolor de un aborto.
¡Todos hemos sido llamados
a atestiguar el advenimiento
de las cosechas doradas!
SAN JOSE DE COSTA RICA (EPILOGO)
I
Bajo la sombra del robusto higuerón
que se yergue en el Parque Central,
me siento, apago y dejo a un lado
el grillete de continuos y chillantes sonidos
y de hipnotizante pantalla de colores.
¡Y me dejo envolver por el bullicio de la gente!
Por el aullar de las bocinas y los gritos
de las zalameras vendedoras de lotería
que agolpan en las esquinas de esta ciudad
tan fea y caótica, pero tan mía y de todos.
II
Estoy convencido
de que en el gentío hay muchos
- tal vez incógnitos -
que entienden lo invaluable
que es el conocimiento
y lo lecivos que le son
el miedo y la ignorancia.
Y entre esos muchos,
como semillas de legiones,
hay quienes también son conscientes
de que vivimos y venceremos
estos aciagos tiempos,
cuidadosamente inducidos
o engendrados en azares milenarios
de drama, incertidumbre, poder,
de indiferencia e intolerancia.
III
Y nostálgico, pero confiado,
recapacito:
He recorrido los años desde la guerra fría
hasta el derrumbe inevitable de los muros.
Desde el Sputnik hasta los lejanos Voyager
y el sorprendente New Horizon.
Y desde Woodstock hasta el inaudito empoderamiento
de la post-verdad y el progresismo post-modernista.
He entendido - por fin -
que a pesar de las contradicciones,
todo tiempo presente
es mejor que cualquier día ya ido.
Que cada instante es una oportunidad
y que no hay futuro
- por más brillante que nos parezca -
que no engendre sus tragedias
y no construya sus propias soluciones.
IV
¡Y aún sigo acá... sereno ante el asombro!
Convencido de que un nuevo 1815 se acerca,
que el planeta seguirá en su órbita
y que la humanidad triunfará, prevalecerá,
será una y conquistará las estrellas.
Porque nunca he renunciado al convencimiento
de que nuestra especie nació
en este ínfima mota cósmica que llamamos hogar,
pero que ello no significa
que habremos de perecer y desaparecer acá.
Que el inevitable cambio climático vendrá,
no sé si mañana, en una década o un milenio.
No se cuales tragedias aún esperan escapar
desde sus reinos inertes y microscópicos
imponiendo humildad a nuestras egolatrías;
o cuales amenazas nos acechan desde
la profundidades del tiempo y el espacio.
¿Cuántos desvaríos belicistas
- de la mano de ególatras y fanáticos -
habrán de ensombrecer el nacimiento
del nuevo orden que nos espera?
Pero lo que sí sé - idealista hasta las cenizas -
es que, como entes espirituales e inteligentes,
los enfrentaremos… ¡y los sobreviviremos!
V
Porque he vivido creyendo
en el poder edificante de la ciencia,
en la tenacidad de nuestra sangre,
y en el extraordinario horizonte que espera
a aquellos que vendrán y no conoceré.
En la fuerza poderosa que impregna
- en todos nosotros -
este sentido indomable de lucha que nos define
y que nos llevó, desde nuestra cuna africana,
hasta la conquista de todos los cardinales del mundo.
VI
¡Porque somos seres de esperanza!
Ese sentimiento de idealismo, solidaridad
resiliencia y proeza que nunca nos abandona
y que, en las noches más negras del peregrinar,
nos ha elevado sobre nuestras fallas y temores.
¡Porque soy y seguiré siendo persona de Fe,
respetando la idea que cada quien tenga de Dios!
Y porque creo - finalmente -
en la grandeza de nuestra humanidad;
de la que he atestiguado en repetidas ocasiones
la profundidad de su espíritu, su conciencia histórica
y su tenacidad por permanecer, perdurar y...
¡Florecer!