Cargada de pequeñeces,
espinas y pétalos que
- impunes -
disipan las brumas de aquellos
mágicos desencuentros,
y tu erótico y perenne infierno.
Sitio de cultura general en el cual se publicarán ideas, opiniones y conceptos personales sobre una gran variedad de temas.
Se
quedó frente al mar.
Viviéndolo. Respirándolo.
Sintiéndolo
desde las blancas mañanas
hasta los tibios y teñidos atardeceres.
Después, durante las noches,
alzaba la frente y cerraba sus ojos,
como orándole a las lejanas estrellas
que lo llenaban de ausencia y melancolía.
Día a día. Y con los días los meses,
y con los meses los años.
Se convirtió en estatua
- fundiéndose con la arena -
mientras se plateaban mis sienes.
¡Cómo si el tiempo no lo alcanzara;
como si ninguna dimensión existiera!
Hasta que un día azul ya no estuvo más
y el mar se quedó mudo y solitario.
Se fue como vino:
de improviso y en silencio
y con un soplo de misterio en sus alas.
¡Solo dejó una tenue estela dibujada
en el cristalino palpitar del firmamento...!