Cuando llegaste a mi vida,
con destellos de corazón en tus labios,
se llenó de luces el camino,
apagando las sombras y la espera.
Llegaste a la edad correcta
y en el momento justo.
Y contigo llegaron los poemas eternos
con sus noches de consuelos.
Y las mañanas tibias de verano
con sus besos furtivos en la frente.
Llegaron las brisas y las lejanías,
las lágrimas y las caricias.
Y las sonrisas únicas de horizontes
desafiantes y compartidos.
Llegaste, silenciosa,
a vaciar dudas y llenar lagunas,
a vivir mares de luna llena
y a soñar las velas del destino.
¡Llegaste a la edad correcta,
en el momento justo;
y con el alma desnuda y cristalina
eternizada en tu mirada…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario