Un silencio victimario,
que asesina amores tejidos
a lo largo de incontables encuentros
entre lo furtivo y lo prohibido,
nos ahoga con su inevitable tristeza.
que asesina amores tejidos
a lo largo de incontables encuentros
entre lo furtivo y lo prohibido,
nos ahoga con su inevitable tristeza.
Un reclamo altanero y doloroso,
hiriente como la indiferencia,
impregna de soledad toda una vida
que implacable nos condena.
hiriente como la indiferencia,
impregna de soledad toda una vida
que implacable nos condena.
Porque son tantos los años amados
como para que en esta cima de otoño
- cuando se agradece lo pasado -
dejemos que el poco tiempo que falta
se consuma en reproche por lo vivido.
como para que en esta cima de otoño
- cuando se agradece lo pasado -
dejemos que el poco tiempo que falta
se consuma en reproche por lo vivido.
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