I
Así te veo
y así te
pienso.
Sencilla y
bella.
Natural y
enigmática.
Con tu pelo
corto y rebelde
recogido en
moño
o cayendo
libre sobre tu frente.
Con pupilas
cristalinas
y caricias
rendidas
llenas de esperanza.
Reprimiendo
los anhelos
o sufriendo - callada -
mis pecados y tus nostalgias.
Como la
musa cercana,
y muchas
veces ausente,
que me sangra
el alma
y me arranca
el verso.
¡Como un
milagro
con caricias
de mujer!
II
Así te veo
y así te
pienso.
Sencilla y
bella.
Natural y
enigmática.
Con tu
andar pausado
y sin
pretensiones,
siendo silencio
y misterio
toda noche
y todo día.
Como la
poesía que embriaga
- como vino maduro -
- como vino maduro -
o la
conciencia que quema
con cada latido de la vida.
Y te veo y
te pienso...
¡Cómo el
dilema de amor
que nunca pude
resolver!
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