Está en el aire
de esta noche
negra y profunda.
Su cara obscena se oculta
detrás de una máscara
de impotencia, ausencia y miedo.
Se aferra como ventosa a mi mente
y me aprisiona con ahogos
interminables, laberínticos y tenaces.
Se apodera de mi tiempo
horadando mi conciencia,
quemando mi piel sudorosa
y convirtiendo mi ausencia
en un suplicio lascerante.
Está en el aire
de esta noche abismal,
ciega, interminable,
tirana y depresiva.
¡La noche tiene mil ojos
y ninguno me regala una mirada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario