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jueves, 4 de noviembre de 2021

PLEAMAR

La marea alta, 

esclava de la luna llena,

reposa inmóbil

sobre las arenas blancas

de esta playa primigenia.


Me llama incesante

con su hipnótico murmullo,

mientras me espera 

quieta en su insensible calma.


¡Y yo se que debo partir con ella!


Es el destino que

- irremediablemente -

se ha cumplido.


II


No se si en alguno

de los infinitos recodos del tiempo

- y del hilo cuántico que une la creación -

volveremos a encontrarnos

para reverdecer amores y adioses.


¡Espero que sí! 


Pero, ante este inevitable trance,

debo embarcar con el corazón libre,

equipaje desnudo y ligero,

con el alma en paz

y sin fantasmas ni remordimientos.


III


En mis pupilas

el reflejo de la pleamar

- amor mío -

imperioso me llama.


Abrazame, bésame

y no me llores,

porque al partir 

con esta marea insondable...


¡Volveré a renacer!










domingo, 17 de octubre de 2021

PALE BLUE PIDGEON

I


And then,

when huge and dark clouds

obluminated the clear skies,

I knew I had finally understood

the truth behind your eyes.

 

The pale blue pidgeon

has been painting horizons

since unsoundable beginings.

But there have been times

- like these we now live -

when we have not known

what those colors mean.


II

 

Confussing times 

are subjugating our homes,

getting us all 

selfish, bitter and hopeless.


All doors and roads

are closed,

and seems no one has 

a compass or any keys.


Endless shadows 

are all arround us!

But, when there is shadow,

somewhere there must be light!

 

Have we looked in the right places?


III

 

I can not see 

in the darkness,

but I know there is brightness

from the stars beyond!

We all can… 

if we truly believe our sorrows 

can not last forever.

 

Someday, when our time 

has been reloaded 

like a river with no sea,

the mist of wise and old ages 

will bring back to our spirit

the never gone colors 

of the pale blue pidgeon.

 

And it will then be

when truth before our eyes

will become colorless and eternal…






 


 

 

miércoles, 18 de agosto de 2021

AFGANISTAN



¿Como puede haber 
poesía
si no se es libre?

¿Como puede haber 
futuro
si no se es libre?

Afganistán:
un país despojado 
de su poesía 
y su futuro,
porque aquella que da vida,
esperanza
y que es poesía y destino...

¡No es libre!








domingo, 1 de agosto de 2021

ANSIEDAD

Está en el aire

de esta noche

densa y profunda.


Su cara obscena se oculta

detrás de una máscara

de impotencia, ausencia y miedo.


Se aferra como ventosa a mi mente

y me aprisiona con ahogos

lascerantes, laberínticos y tenaces.


Se apodera de mi tiempo

horadando mi conciencia,

haciendo mi piel sudar 

y mi espera un suplicio.


Está en el aire

de esta noche abismal,

ciega, interminable,

tirana y depresiva.


¡La noche tiene mil ojos

y ninguno me regala una mirada!














lunes, 8 de marzo de 2021

MUJER


Madre de la tierra
y palpitar de la historia.
El alma grande
que da sentido al universo.

¡Es la creación sublime!

Es espíritu y conciencia,
ternura y consuelo,
belleza, luz y altivez.
Lucha, inteligencia y dolor,
victoria, sacrificio y redención.

Es ella el amor y el perdón.
Espiral y agua de la existencia.
Es ella la esperanza
que nace cada día con el amanecer.

Es ella... la roca y el ancla.

¡Es la mujer!










jueves, 25 de febrero de 2021

SABES

 

Sabes…

 

Son tantas las veces

que he deseado

decirte estas palabras,

que me da hasta pena

tan solo escribirlas.

 

Pero, como penitencia

que libre me impongo 

por los pecados cometidos,

las confieso descaradamente

para arancármelas del alma.


Y, con una sonrisa,

aceptar someterme a tu juicio

- y merecida condena -

por mi confesa culpa:

 

¡AMO TU

INSENSATA OSADIA

DE AMARME!











lunes, 4 de enero de 2021

ALMA EN TIEMPO DE PANDEMIA

 

I
 
Una tenue llovizna,
lenta y despreocupada,
cae sobre la perenne
quietud de la laguna.
 
Los caminos se han vestido
de un verde húmedo y encendido,
mientras una frívola 
neblina invernal se abraza
- a lo lejos -
a los espigados cipreses
y aromáticos pinos que pululan
en estas frías montañas del Zurquí.
 
Este es un momento propicio
antes que se rompan los cristales 
- y lleguen las lejanías, los crepúsculos
y los fuegos que incendian la noche 
que anuncia la llegada de un nuevo año -
para el recogimiento, la oración
y para anhelar días y horas mejores.
 
 
II
 
 
¡Hoy… mi alma sufre!
 
 
Por el dolor que ha dejado
esta aciaga desventura
de soledad y aislamiento.
Una soledad lacerante
que hace de cada quien un extraño;
y un aislamiento insufrible
que hace de cada quien un esclavo
con mirada desconfiada y desnuda.
 
 
¡Sí; siento mi alma quebrada…!
 
 
Por los lagos de lágrimas
que han sido vertidas
en solitarios cementerios,
atiborrados hospitales
y fríos refugios de ancianos.
 
Por los que se han ido
dejando su huella prematura
y a quienes no podemos ignorar
con el mazo del olvido.
 
 
Por la dolorosa condena
de una ausencia ineludible,
por la necesidad de un abrazo,
el calor de una caricia,
la ternura de un beso,
y la mirada inocente 
y expectante de un nieto.
 
 
Por las mesas vacías
presas del hambre y la miseria.
Por los pupitres abandonados
en escuelas y colegios;
y por los candados en ventanas,
puertas y portones
de pulperías, oficinas y empresas
que desbocan la dramática estadística
del desempleo y la pobreza.
 
 
Por el calvario de un planeta
que nos ha sumido en sus recelos, rencores,
culpas, mentiras, egoísmos y fanatismos. 
Enclaustrados en reducidos espacios vitales,
víctimas de la tiranía de una intimidad prolongada
que genera violencia, rechazo y resentimiento.


¡Una supresión furibunda de la libertad, 
de la identidad cultural y social 
que nos une y que - a muchos - 
nos ha lanzado a la resignación, la depresión, 
la ira, las dudas y hasta la muerte!
 
 
III
 
 
¡Pero… 
hoy mi alma apesunbrada
también espera y sueña!
 
 
Con el advenimiento
de los tiempos mejores,
cuando las horas del día
sean libres y sean nuestras.
Con mañanas soleadas
llenas de la algarabía
de nuestra juventud
camino a las aulas
de sus escuelas y colegios.
 
 
Con nuestros pies desnudos
acariciando las arenas
de playas, playones y riberas.
Con el firmamento pleno de luna
en conjunción y danza planetaria
avisando el resurgir de nuevos ciclos;
y de nuestra redención escrita
en los colores y horizontes del arco iris.
 
 
Cuando los parques
se llenen de novios y amantes,
de parejas tomadas de la mano
y de adultos despreocupados
que nos contagien,
no con sus suspiros y lamentos,
sino con sus risas y anécdotas.
 
 
Cuando podamos mirarnos a los ojos
sin ocultar una sonrisa 
detrás de una mascarilla, una cortina 
o una muralla;
y cuando celebremos eufóricos
las delicias del amor, la cocina y la vida.
 
 
Cuando resurjamos de esta pesadilla
con la convicción de lo valiosas que han sido
las experiencias vividas, las carestías sufridas,
las pérdidas irreparables, las lágrimas derramadas,
las tristezas ahogadas, las voces silenciadas
y las virtudes y resiliencia que nos han acompañado
- empoderadas ante las feroces pruebas-
durante esta larga e ignominiosa tragedia.
 
 
Cuando este hogar nuestro
- que no abandona su periplo cósmico -
se llene del calor de su gente,
de la pureza de sus cielos y mares
y del perdón que tanto nos urge.
 
 
Y que – por fin – entendamos
que somos amalgama sublime
de razón, espíritu y carne;
ansiosos de ser y trascender,
sometidos al imperativo natural 
de dar sentido y valor 
-en libertad - a nuestra existencia.
 
 
¡Necesitados de las redentoras llamas
de la fe, el amor y la esperanza!
 
 
IV
 
 
Desde este balcón vetusto y austero
miro las lejanías iluminadas y silenciosas.
 
 
Es este tiempo lento de la pandemia
que encerró a todo nuestro planeta
en cuarentenas de miedo y soberbia;
liberando todas las serpientes que anidan
en las cuevas del poder, el drama y el engaño.
 
 
Y, sobre todo,
atestiguar el innegable hecho
de que hemos sido probados 
hasta nuestras raíces;
y se nos ha demostrado esa fragilidad
que disimulamos con nuestra prepotencia.
 
Pero también...

Hemos atestiguado nuestra inventiva y genio,
y nuestra humana disposición y capacidad
para alcanzar las más encumbradas cimas
del sacrificio, la empatía y el heroísmo
que son inherentes a nuestra indomable naturaleza.
 
 
V
 
 
¡Hoy, y todos estos días aciagos,
mi alma ha sufrido y se ha quebrado,
pero también ha esperado y soñado
con esa luz que - tímida e intermitente - 
se empieza a vislumbrar al final del túnel!
 
 
Hoy...
humilde y sincero
- pero expectante y pleno de esperanza -
lo confieso: 
 
¡También celebro la vida...!




Mario I. Franceschi
San Rafael de Heredia
Costa Rica
31 de Diciembre del 2020.