Estoy totalmente determinado
por el imperativo natural
que rige este universo insensible.
Cada vez que me miro en sus honduras
siento mis tiempos fluyendo cadenciosos.
por el imperativo natural
que rige este universo insensible.
Cada vez que me miro en sus honduras
siento mis tiempos fluyendo cadenciosos.
Y, en cualquier impreciso instante,
devolverse sobre si mismos
ondulantes, inevitables y sin cambios.
Pasado, presente y futuro
son un único continum
de principios, de finales
y de infinitas realidades.
No hay, en mi obillo temporal,
una línea inquebrantable
ni un horizonte fantasmal
en el que - a cada instante -
sea, desaparezca y vuelva a ser.
El todo es un continuo devenir
de todas las realidades posibles;
y en todas soy orfebre, o viajero
o víctima incuestionable
del determinismo de mi destino.
¡Incólume estoy ante la imposibilidad!
¡Incólume estoy ante la imposibilidad!
II
Me asomo - una y otra vez -
a la difusa frontera que dibujan
los profundos y oscuros durmientes.
los profundos y oscuros durmientes.
¡Y es cuando recuerdo
sus ojos reflejándome!
Siento mis fibras desprenderse
mientras abrazo la recurrencia
de todas mis ausencias y retornos.
III
Cuándo terminen estos ciclos
¿Nuestro viaje habrá de llenarse
de trascendencias o de eternidades?
Cuándo terminen estos ciclos
¿Nuestro viaje habrá de llenarse
de trascendencias o de eternidades?
¿O solo somos un holograma
repitiéndose, en automático y sin memorias,
en infinitas dimensiones y universos?
Me asalta la impaciencia
- y el temor -
de no saber las respuestas.
Y la certeza
- y la paz -
de saber que algún día
las descubriré de tu mano.
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